Nada ni nadie te obliga a tener una mascota, pero si adoptas un animal, tu deber moral es cumplir con las exigencias que eso implica:
–mantenerlos debidamente identificados todo el tiempo.
–llevarlos al veterinario para vacunarlos y desparasitarlos con regularidad, y curarlos cuando sea necesario.
–enseñarles comandos básicos de obediencia por su seguridad y la de los demás.
–nunca dejarlos solos sin juguetes o entretenimiento.
–pasearlos con collar y correa por lo menos una vez al día.
–esterilizarlos siempre y cuanto antes.
–nunca dejar a un niño solo con mis mascotas sin la debida supervisión.
–no dejar que se metan en la basura de los vecinos o que hagan daño a la propiedad ajena.
–nunca amarrarlos innecesariamente.
–jamás tirarlos a la calle.
–bañarlos y asearlos con regularidad.
–tenerles agua fresca y limpia en todo momento.
–no mantenerlos en espacios confinados más tiempo del necesario.
–recoger sus desperdicios siempre.
–no dejarlos a la intemperie o sin la debida protección contra los elementos.
–no soltarlos para que hagan sus necesidades en patios ajenos.
–alimentarlos con regularidad y con la comida adecuada.
–no dejarlos ladrar ni maullar incesantemente.
–enseñarles a no brincarles encima a otras mascotas ni a la gente.
–no permitir ningún tipo de maltrato ni con tus animales ni con los ajenos.